Luego de tres años de negociación entre el Gobierno y las FARC en La Habana, en busca de acuerdos que permitan un acuerdo de paz, son varios los interrogantes que surgen, mientras el escepticismo sigue tomando fuerza y parece ser el común denominador entre los habitantes de esta zona de frontera.
El proceso que se adelanta con esta guerrilla es visto con buenos ojos, pero hay quienes creen que estos últimos años de conversaciones le han permitido al ELN tomar un segundo aire y prepararse para ocupar territorios que dejarían las FARC, ante una eventual desmovilización.
Por ello, a través de esta crónica de viaje ponemos una lupa en el postconflicto y exploramos los posibles escenarios en los territorios más afectados por la guerra y el negocio del narcotráfico.
La primera escala fue Tame, donde el paramilitarismo causó estragos y se apropió hace unos 12 años de territorios dominados por las FARC. Al igual que en otras partes del país, aquí muchos se preguntan si esa guerrilla estaría en condiciones de hacer dejación de sus armas y abandonar el negocio de las drogas, como muestra fehaciente de contribuir con una paz duradera.
¿Qué pasaría con las zonas cultivadas y con los territorios donde hoy operan los cinco frentes de esta guerrilla?. Y es que según un informe de la Fundación Ideas para la Paz, USAID y la Organización Internacional para las Migraciones, denominado Dinámicas del conflicto armado en Arauca y su impacto humanitario, hacen presencia los frentes 10, 28, 38, 45 y 56, al igual que las columnas móviles Alfonso Castellanos y Reinel Méndez, pertenecientes al Bloque Oriental.
Esta organización armada cuenta con integrantes en todos los municipios, pero particularmente en el centro y sur de Arauquita y las áreas rurales de Tame y Fortul. Su accionar ha consistido principalmente en emboscadas y hostigamientos a la fuerza pública y en la siembra de minas antipersonal para frenar el avance de las autoridades a sus zonas de influencia.
También se le ha acusado del reclutamiento de menores, extorsiones, amenazas y homicidios selectivos a presuntos informantes, y el control social de la población, en particular en las zonas rurales donde limitan la movilidad de la población.
Negocio en declive
Aprovechando el desescalamiento del conflicto, producto del cese decretado por las FARC, nuestro recorrido prosiguió por Fortul, tierra de colonizadores, donde se cultivaron grandes cantidades de coca. Allí, don Saúl Caro recuerda que con las fumigaciones que realizó el Gobierno se acabaron otros cultivos.
Y es que en las últimas dos décadas las autoridades han acusado a las FARC de manejar el negocio del narcotráfico a través de un corredor que viene desde el Catatumbo hasta la frontera de Arauca con el estado Apure, en Venezuela.
Esta ruta habría existido desde la bonanza marimbera del Guaviare, en los años 80 y 90, donde estuvieron involucrados algunos pilotos araucanos y cuando el clan de los hermanos Ríos manejó el negocio por muchos años.
Si bien, este grupo que operaba desde la capital araucana, fue exterminado por las autoridades, el control ya lo había asumido la guerrilla, mediante la compra de la producción a los campesinos y el montaje de toda una infraestructura con cristalizaderos y laboratorios para el procesamiento del alcaloide.
Según lugareños de El Caracol, corregimiento colombiano que limita con Elorza, considerado como centro de operaciones del corredor cocalero, ya no se ven tantos aviones sobrevolando la zona, como ocurría hace algunos años.
“La droga sale por un corredor fronterizo con Elorza, en el Alto Apure, desde donde se va vía aérea por Venezuela hacia las islas del Caribe. Ese negocio lo manejó por varios años Germán Briceño Suárez, alias ‘Grannobles’, hermano del fallecido ‘Mono Jojoy’ ”, dijo el ex comandante del Departamento de Policía Arauca, coronel Wilson Bravo.
“Dicen que por ahí se transporta la droga hacia Venezuela, pero ahora no pasan tantas avionetas como antes. Debe ser porque disminuyo la producción o porque han aumentado los controles de las autoridades tanto colombianas como venezolanas”, dijo Jorge Gómez, dirigente comunal del sector.
Para los analistas, con un eventual acuerdo en las negociaciones se plantea un gran dilema, pues siendo esta una de las fuentes de financiación, resultaría difícil que la guerrilla abandone ese negocio. “Muchos nos preguntamos si lo dejan quién lo asumiría o si desde la clandestinidad lo siguen manejando”, opina Edgar Ortiz, historiador y catedrático universitario.
Justamente el cese al fuego que iniciaron las FARC y la realización de este trabajo periodístico, también coincidió con el derribamiento de un avión que al parecer transportaba droga desde Arauca hacia las islas del Caribe, lo que indica que el negocio se mantiene vigente.
El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, afirmó que la aeronave siniestrada en el mar Caribe con un cargamento al parecer de cocaína, cayó en territorio colombiano tras ser impactada por unidades venezolanas luego de haber cargado la droga al sur de Elorza, en la frontera con Arauca.
Leche por coca
El siguiente destino fue Arauquita, municipio fronterizo con Venezuela, donde predominaron los cultivos de coca y marihuana, que ahora son reemplazados por grandes plantaciones de cacao y ganadería para la producción lechera a gran escala. Según Consolidación Territorial, los municipios de Arauquita y Fortul son los que mayores hectáreas de cultivos ilícitos presentan en la región.
Para Álvaro Castellanos, Director de la entidad, otra de las localidades que presenta esta problemática a baja escala es el municipio de Tame en donde las autoridades han logrado intervenir y erradicar cultivos de coca principalmente.
“El Gobierno nacional viene ofreciendo alternativas a los campesinos que tienen cultivos ilícitos a fin de que abandonen esas prácticas. 604 familias han sido focalizadas las cuales están participando de proyectos de cultivos alternativos”, señaló el funcionario.
“Nosotros teníamos los cultivos y los comandantes venían a comprarnos por hectáreas, le pagaban a los raspachines y se llevaban la hoja para procesarla en sus laboratorios”, señaló don Cutelino Herrera, campesino ex cultivador del municipio de Arauquita”.
Agregó que atendiendo el llamado del Gobierno y ante el acoso de las autoridades, muchos decidieron erradicar manualmente sus plantaciones de coca para reemplazarlas por cacao y otros cultivos, pero el Gobierno les quedó mal con las promesas y no los ayudo.
El exalcalde de Arauquita, Orlando Ardila, dijo que la fumigación que se hizo durante cuatro años ocasionó graves daños a otros cultivos, pues debido a la baja altura que sobrevolaban las avionetas el viento se llevó químico y terminó afectando plantaciones de cacao, plátano y maíz, entre otros.
“Por ello se activó al sistema pecuario y muchos campesinos cambiaron la coca por el ganado de doble propósito, como quiera que muchas fincas donde antes existían cultivos ilícitos ahora se dedican a la producción de leche a través de un modelo solidario”, dijo Ardila.
Paz sin el ELN no tiene sentido
Un paso obligado dentro de este periplo fue Saravena, cuyas montañas fronterizas con la región de El Nula, en Venezuela, han sido el principal centro de operaciones del ELN. La idea era dialogar con el comandante del frente Domingo Laín o frente de guerra oriental, Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias ‘Pablito’, pero nos enteramos que, o bien estaba en Cantagallo (Bolívar) o en La Habana.
Y es que ‘Pablito’ ahora forma parte del Comando Central –COCE-. El hombre fuerte del ELN en Arauca, fue quien en el 2002 propició la activación del primer batallón de esa guerrilla en Colombia, con el nombre de ‘Héroes y Mártires del ABC (Arauca, Boyacá y Casanare).
Años después fue capturado, pero al mejor estilo del ‘Chapo Guzmán’ protagonizó a sangre y fuego una cinematográfica fuga de la cárcel de Arauca. “Aquí nos tienen amenazados y el pueblo está atemorizado por las acciones que realizan con frecuencia”, señaló el alcalde de Saravena, Jhon Peña Feria.
“Sabemos que no solo operan en el Sarare sino que han extendido su radio de acción por otras zonas de Arauca y hasta en territorio venezolano, donde tienen un centro de operaciones para fomentar la extorsión, con la mirada complaciente de las autoridades del vecino país.
Hoy el departamento de Arauca tiene entre 0,1 y 1 hectárea de cultivos de coca por kilómetro cuadrado. Precisamente, al ser el narcotráfico la principal fuente de ingresos de las FARC, los analistas se cuestionan si en una eventual desmovilización, la guerrilla logrará abandonar el negocio de la droga.
Se trata de una guerrilla que ha logrado permear los gobiernos de Arauca, sacando tajada de la contratación y de las regalías del petróleo. Ese poder lo tienen desde cuando se refinanciaron con la multinacional Mannesmann, que construyó el oleoducto Caño Limón-Coveñas”, dijo un oficial retirado de la Policía.
Es tanta su influencia que promueven paros armados y ejercen autoridad con ‘operaciones de limpieza social’. Sus acciones se han intensificado a tal punto que el nuevo comandante de la XVIII Brigada del Ejército, coronel Rodrigo Botía Gómez decidió despachar durante su primer mes en Saravena.
“Los estamos combatiendo y les hemos propinado duros golpes con la neutralización de varios cabecillas. También estamos haciendo presencia en Puerto Contreras, centro poblado que limita con Venezuela y donde habían ganado territorio”, dijo el oficial.
Se hace sentir
Y es que otro gran dilema que se plantea y que aumenta el escepticismo en esta zona de frontera son los eventuales acuerdos con las FARC, mientras el ELN se encuentra en proceso exploratorio, se fortalece e intensifica su accionar.
El reciente foro celebrado en Arauca con presencia del Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, concluyó que sin el ELN no tendrían sentido los acuerdos de la Habana. Expertos como el padre Francisco de Roux plantearon la urgente necesidad de iniciar los diálogos con esta guerrilla.
Aprovechando el cese al fuego de las FARC, el ELN se ha hecho sentir con el incremento de sus acciones a puestos de control y otros objetivos militares en varios sectores del departamento.
Una de ellas estuvo dirigida a tropas del Batallón de Ingenieros No 18 “General Rafael Navas Pardo” adscrito a la Décima Octava Brigada, que se encontraban desarrollando operaciones de control territorial para garantizar la seguridad de la población civil que se moviliza por la vía Tame – Arauca.
A través de esta ruta que nos llevó por todo el piedemonte araucano, les contamos los posibles escenarios que tendría esta región, máxime cuando defensores de Derechos Humanos, como Martín Sandoval, señalan que la nota predominante ha sido la falta de información a los habitantes sobre los avances de los diálogos.
Este recorrido también dejó dudas acerca de quién se afectaría más con la actual coyuntura fronteriza. Partiendo de la connivencia de las autoridades del vecino país con ambas organizaciones, se afectaría más el ELN, que está ad portas del diálogo o las FARC, cuya negociación ya está muy avanzada.
Nuestro periplo terminó reforzando la tesis inicial sobre la presencia de estos dos actores armados que tienen sus negocios basados en el narcotráfico y la extorsión en las zonas más golpeadas por su accionar, dejando claro que lo que queda son grandes interrogantes y que la paz es aún una quimera.